Innovación en acero inoxidable
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Publicado em 27/02/20
Cuando hablamos de un sistema CIP, es necesario que el diseñador piense en las operaciones del CIP simultáneamente con el desarrollo del proyecto, su instalación y el proceso, para garantizar que las especificaciones de los elementos que serán sometidos a limpieza CIP sean suficientes no solo para producir, sino también para resistir mecánica y químicamente las solicitudes de cada etapa.
Recomendamos que los skids del CIP tengan control automático de los parámetros críticos (conductividad, pH, caudal, temperatura, presión, duración de cada ciclo, etc.) a través de la utilización de controladores lógicos programables (PLC), así como que la preparación de la solución de limpieza sea automática y monitorizada.
El sistema de limpieza CIP no es más que la limpieza interna de una pieza o equipo sin relocación o desmontaje. El equipo se limpia, pero no necesariamente se esteriliza. La limpieza se realiza normalmente con ácidos, cáusticos, o una combinación de ambos, con un enjuague final realizado con agua de la misma calidad que la utilizada para la producción.
La operación de limpieza es la última etapa de un ciclo de proceso no estéril y generalmente consiste en la utilización de una combinación de productos ácidos, alcalinos, detergentes y desinfectantes, siendo esta limpieza uno de los factores más importantes para asegurar la calidad del producto manufacturado.
Se debe comenzar a producir con un equipo limpio y terminar la producción con un equipo limpio para que esté disponible para la próxima operación.
Las instalaciones deben ser diseñadas adecuadamente para poder utilizar el sistema CIP, ya que para que este sea eficiente, son necesarias algunas condiciones mínimas tales como tiempo de contacto, temperatura, presión e impacto. Sin las condiciones adecuadas, el sistema puede volverse lento y no alcanzar las metas de limpieza preestablecidas.
En muchos casos, la última etapa de enjuague de un ciclo completo de CIP puede ser reutilizada como primer enjuague de un nuevo ciclo, ahorrando agua.
Esta situación debe ser estudiada caso por caso, realizando un análisis completo de los elementos a ser lavados, los productos a ser manufacturados y los agentes químicos de limpieza utilizados en los ciclos de lavado.
También existe el sistema CIP de camino único (One way), donde los productos de limpieza son desechados inmediatamente después de circular por las partes del sistema que están siendo lavadas, como por ejemplo, cuando se lavan instalaciones que producen antibióticos.
Principios de funcionamiento de la limpieza CIP
Un sistema eficiente de CIP debe considerar cuatro aspectos fundamentales en su concepción:
Efecto Mecánico: la eliminación de la suciedad puede hacerse mediante medios mecánicos a través de velocidades adecuadas con flujos en régimen turbulento en las tuberías, removiendo por arrastre, y el impacto del chorro del fluido de limpieza en las paredes de los tanques y reactores.
Efecto Químico: dependiendo del elemento a ser removido o lavado, este puede ser más o menos susceptible a medios ácidos, alcalinos en diferentes concentraciones o neutros como simplemente agua.
Efecto Térmico: nuevamente, dependiendo del elemento a ser removido o lavado, puede ser más o menos fácil de eliminar con temperaturas más altas. Como ejemplos claros, tenemos las grasas o azúcares que son fácilmente removibles a altas temperaturas. Por otro lado, muchos elementos pueden emulsionar a temperaturas altas. También debemos considerar que genéricamente, cuando la temperatura del fluido de limpieza está por encima de 28 °C, a cada 1 °C de incremento en la temperatura, se puede obtener una mejora en la eficiencia entre el 4 y el 5%.
Efecto de Residencia: cuanto más tiempo el fluido de limpieza permanece en contacto con el producto y/o suciedad a ser removida, mejor será el resultado de la limpieza. Esto no significa que debamos prolongar exageradamente los tiempos de cada ciclo de limpieza, sino que tenemos que definirlos de acuerdo con la combinación de los tres efectos anteriores.